Con la fiesta de Navidad de Infantil y de Preescolar comenzó para nosotros el tiempo de Adviento: un inicio festivo que llenó a los niños de alegría y de una sensación especial de expectativa. Desde entonces, cada día nos acompaña un poquito de magia navideña en el aula.
Juntos hemos decorado nuestra clase con mucho cariño: luces, estrellas y pequeños detalles creados por los propios niños hacen que el espacio se sienta cálido y acogedor. Cada mañana hablamos sobre el Adviento y sobre lo que hace que esta época sea tan especial: la espera, el compartir y esos pequeños momentos de alegría.
Un punto culminante de cada día es nuestro propio ritual de Adviento: en un saquito navideño guardamos muchos estrellitas de papel dobladas, cada una con el nombre de un niño. Cada mañana, un niño saca una estrella y la coloca en un cuenco con agua. Poco a poco, casi como por arte de magia, la estrella se despliega y revela el nombre del niño que ese día puede abrir la ventanita del calendario.
Este ritual crea ojos brillantes, un silencio lleno de emoción y muchísima ilusión. Los niños participan con todo su corazón y viven el Adviento como un tiempo de comunidad, de pequeños milagros y de un cariño compartido.
Así disfrutan nuestros pequeños Peces de la época previa a la Navidad: cálida, alegre y llena de magia.